Todos tenemos distintos límites
a la hora de decidir qué tan
cerca queremos que las otras personas estén.
Tienes derecho a decidir
qué tan cerca las otras personas pueden estar.
Si no quieres tener a alguien cerca,
puedes hacérselo ver o decírselo.
Así muestras dónde está tu límite.
También tenemos otros límites.
Tienes derecho a decidir
qué está bien
que alguien te diga
o te haga.
También tienes derecho a
decidir
qué quieres hacer
y qué no.
En una situación sexual,
es muy importante
pensar en los límites.
Si vas más allá de tus propios límites
y haces algo que no quieres,
puede que te sientas mal.
También puedes sentirte mal
si otra persona
va más alla de tus límites
y le da igual
lo que tú quieres.
Puede ser difícil
fijar límites y decir que no.
¡Pero todos podemos practicar!